Creo que el recuerdo más delicioso de mi primera visita a Portugal en 2006 fueron los pasteles que nos comimos en la famosa cafetería del barrio de Belém en Lisboa. Espectaculares... Quién los haya probado alguna vez sabe perfectamente de qué hablo... ^_^
Años más tarde, buscando recetas para intentar hacer unos pasteles parecidos, me topé con el blog de un señor mayor que decía que ésta era la receta tradicional con la que su familia durante generaciones los preparaba.
Por desgracia no recuerdo el nombre del blog y he rebuscado entre miles de papeles en casa!!. Lo que sí recuerdo perfectamente es que, entre todas las pestañas que tenía abiertas en la pantalla de ordenador, ¡eran las peores fotos de pasteles que había visto en la blogosfera! Lo que menos esperaba es que también resultaran ser los más deliciosos... El leer la elaboración me terminó de convencer para que fueran "los elegidos"... y, por suerte, ¡no me equivoqué!
Son 5 años los que llevo preparándolos y siempre han salido perfectos y deliciosos. Aunque he de decir que fácil, fácil,...lo que se dice fácil no es esta receta. Tampoco os vayáis a asustar... Si seguís los pasos ordenadamente tal como los explico a continuación, os saldrán perfectos y, sin duda alguna, os habrá merecido la pena la tareilla...
Para cortar el hojaldre uso un molde con un diámetro de 8 cm aunque también valen los de 7 y 10 cm. Salen unos 20-24 pasteles.
2 planchas de hojaldre
200g de azúcar
100 ml. agua
100 ml. agua
1 rama de canela
1 cáscara de limón
500 ml. de leche
75 grs. de harina de maíz
5 yemas de huevo
1 huevo
Hacemos primero un jarabe: ponemos en un cazo el agua, el azúcar, la canela y el limón a fuego medio y, sin remover, dejamos que llegue al punto de ebullición. Retiramos del fuego y se dejamos enfriar mientras seguimos el resto de la receta.
Ponemos la harina en un bol y la disolvemos con un poco de leche, batiéndola bien. Hervimos el resto de la leche. Se añade la leche hirviendo, a la harina diluida, sin dejar de batir. Espesará bastante. Lo importante es que no se formen grumos.
Añadimos después el jarabe frío, poco a poco removemos sin parar.
Batimos el huevo con las yemas, ligeramente, para que no espumen, y las vamos añadiendo a la mezcla con un colador, incorporándolos hasta que quede homogénea. Todo esto se hace fuera del fuego. Va a quedar una pasta líquida, como una crema sin espesar. Tiene que quedar así.
Precalentamos el horno a 200º.
Usamos un molde con huecos para magdalenas aunque también sirven los moldes de aluminio para flan.
Cortamos el hojaldre con un recipiente (el mío de 8 cm) de la medida del molde , y se van forrando con la masa cada uno de los huecos para magdalenas.
Se pintan los moldes con mantequilla y harina (si son de silicona no hace falta).
Se vierten dentro de los huecos sobre el hojaldre y los rellenamos sin llegar hasta el mismo borde del hojaldre.
Se introducen inmediatamente al horno a esa temperatura (200ºC) y se retiran cuando se comienzan a dorar (unos 25-30 minutos).